Podemos ha puesto en jaque al Gobierno español al amenazar con rechazar la aprobación de la reforma fiscal que se votará en el Congreso. Este paquete incluye la trasposición de una directiva europea que eleva el impuesto de sociedades al 15% para grandes multinacionales, pero excluye los impuestos a las energéticas, un punto clave para la formación morada.
El desacuerdo surge tras un pacto entre el Ministerio de Hacienda, el PNV y Junts, que excluyó a empresas como Repsol del impuesto a las energéticas. Este miércoles, Ione Belarra se reunió con el ministro Félix Bolaños, aunque las negociaciones siguen sin avances claros. La aprobación de la reforma es fundamental para desbloquear 7.200 millones de euros en fondos europeos, pero Podemos ha sugerido que podría aprobarse más adelante mediante un real decreto.
En un contexto político marcado por tensiones internas, Podemos busca reforzar su protagonismo frente a Sumar, su principal rival en la izquierda. Este episodio le ha permitido ejercer presión y presentarse como defensor de la justicia fiscal. Sin embargo, su postura también podría afectar la relación con socios como ERC y Bildu, quienes habían alcanzado acuerdos con Hacienda sobre el impuesto a las energéticas.
En suma, Podemos usa esta coyuntura para intensificar su estrategia de oposición al Gobierno, consolidando su identidad como fuerza imprevisible y crítica, mientras busca ganar terreno político frente a Yolanda Díaz y otros actores de la izquierda.
